Indignación

Durante todo el año, enseñamos aquí en la EBI, pasajes bíblicos relatando los maravillosos sucesos del Dios Vivo en medio de Su pueblo. Usted conoció las impresionantes historias de lo que Él hizo en el pasado y entendió que Dios sigue siendo el mismo, y que Él espera que Sus hijos continúen confiando y esperando en Sus Promesas. En la época de Gedeón, él también escuchó al hombre de Dios hablar de los milagros del pasado. Escuchó las maravillosas historias sobre cómo Dios liberó al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, de manera extraordinaria.

Gedeón guardó muy bien eso en su corazón y no lo olvidó. Sin embargo, comenzó a ver que su pueblo sufría por la opresión de otros pueblos, que invadían sus campos y destruían su ciudad. Gedeón se indignó grandemente con aquella situación. Su pueblo tenía que trabajar a escondidas las semillas y el ganado – y hasta dentro de cavernas, porque los otros pueblos venían y robaban sus pertenencias-. Él ya no aguantaba tener que trabajar tanto y despertar de madrugada espantado, con miedo de ataques, hasta que… “Y el ángel del SEÑOR se le apareció, y le dijo: El SEÑOR está contigo, hombre valiente.

Entonces Gedeón le respondió: Ah Señor mío, si el SEÑOR está con nosotros, ¿por qué nos ha ocurrido todo esto? ¿Y dónde están todas Sus maravillas que nuestros padres nos han contado, diciendo: "¿No nos hizo el SEÑOR subir de Egipto?" Pero ahora el SEÑOR nos ha abandonado, y nos ha entregado en mano de los madianitas” Jueces 6:12-13 Dios no creyó que era un berrinche de él, sino que Gedeón creía tanto en lo que Dios había prometido a Su pueblo, que estaba clamando por el cumplimiento de la promesa, ya que eso no era lo que él estaba viendo realmente.

Él sabía que Dios no mentía, entonces, esa situación que estaban viviendo no tenía sentido. Gedeón mostró su fe al tomar la actitud de cobrar las promesas de Dios, lo cual agradó a Dios. Hasta entonces, ningún pueblo Lo buscaba y, por eso, cada vez sufrían más y se distanciaban del Señor. Con esto, aprendemos que sin fe, es imposible agradar a Dios. Entonces, si usted cree en la Palabra de Dios y en su casa hay problemas económicos, enfermedades y muchas peleas, tiene que indignarse contra esa situación.

No es rebeldía contra Dios, sino indignación contra el mal. Los justos no pueden aceptar ningún tipo de opresión o esclavitud. Esa indignación nos hace experimentar el poder de Dios, nos da condiciones de proseguir y aún, el poder ayudar a otros que están sufriendo. Dios se agrada cuando manifestamos esa fe inteligente y buscamos vivir una vida de sacrificio y obediencia a Él. Eso también incluye la fidelidad en los diezmos y ofrendas, pues creemos en la protección que promete a quien es fiel, por lo cual, hacemos nuestra parte para garantizar que no estaremos en las manos de nuestros enemigos. No podemos aceptar el sufrimiento, ni acobardarnos delante de los problemas.

Nuestro Dios, es el Señor de los Ejércitos y Sus hijos no pueden comportarse como derrotados. Ellos tienen que ser valientes y esforzados y con actitud de vencedores, no importando la situación.


Ester Bezerra

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